Con las lluvias que están cayendo este invierno la tierra está muy viva y deseando de dar buenos frutos. Entendemos muy bien lo que quiere decir Isaías en la primera lectura. La dinámica de la Palabra es dar el fruto de una respuesta en nosotros. Dios nos habla y nosotros le hablamos. Él nos escucha y nosotros le escuchamos. Se produce el diálogo entre Dios el ser humano. La religiosidad pagana se caracteriza por el no diálogo. El creyente se sitúa ante el ídolo y mediante mucha palabrería trata de arrancarle el favor deseado. La espiritualidad cristina es la relación entre dos personas que se hablan y se escuchan. La “lectio divina” sigue este esquema. Leo el texto del evangelio, lo contemplo con la imaginación, lo medito con la mente fijándome en una frase… escribo mi respuesta a esa Palabra y me planteo ¿y esto para mi vida qué? ¿No es maravilloso cuando se da este diálogo? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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