El lunes vivimos en la Parroquia un precioso retiro de Cuaresma . Todo se pudo seguir OnLine pero también hubo presencia en la parroquia. Fue el producto final de una orquesta donde cada uno tocaba su instrumento y su melodía y sonó bastante bien. Cada uno puso al servicio de los demás sus carismas y dones. Una de las preguntas que yo lanzaba era si somos conscientes de ser ungidos. Ungidos para la misión, para el servicio. Jesús asumió al comienzo de su misión que iba a ser el Mesías siervo y sufriente. Y esto marcó cada paso que daba, siempre actuaba en coherencia con ello. Servicio y sufrimiento. En esa autenticidad se nos pide estar en la Iglesia, cada uno en la vocación en la que estamos. Muchos casados se rinden y dicen “si lo hubiera sabido no me caso”. Solo la mitad de la población en España se casa porque no se ve sentido a una vida de servicio y entrega. Renovemos hoy nuestro sí a esta misión. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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