Seguimos podando en esta Cuaresma para poder dar mas fruto en la vida. Las dos semanas anteriores hemos podado los malos pensamientos y la falta de autenticidad y sinceridad. Esta semana en el Equipo de Liturgia pensamos en las cosas materiales. Aparece Jesús expulsando a los mercaderes del templo. Un pasaje muy famoso por lo llamativo que es. Como suele ser habitual, los judíos habían hecho un negocio de la religión. Somos así los humanos, que vendemos a nuestra madre, hacemos negocio con todo. Pero es importante que comprendamos que lo que Jesús hizo fue mucho más que una denuncia profética, fue un gesto mesiánico. Estaba declarando el final del culto antiguo para inaugurar uno nuevo a través de Él. Por eso habla de su cuerpo, del nuevo templo.
En la primera lectura se profundiza en el peligro de la idolatría. Dios le dice a su Pueblo, “yo te he liberado, no caigas en nuevas esclavitudes con la idolatría”. Un ídolo es todo aquello que ocupa en nuestro corazón el lugar de Dios. Cuando dejamos de amar a Dios sobre TODAS LAS COSAS. El dinero y las posesiones son un verdadero ídolo. Cuando nos jugamos la relación con Dios por dinero, por algo material que nos lleva a ser deshonestos, injustos, codiciosos… Jesús predicó con mucha claridad sobre esto, no podemos servir a dos señores. El dinero da una falsa seguridad, esclaviza, corroe el corazón… Esclaviza porque terminamos viviendo para las cosas, sirviendo a las cosas en vez de servirnos de ellas. Es una trampa muy sencilla en la que caemos una y otra vez.
Los cristianos usamos el dinero, nos servimos de él, pero no le servimos. Jesús también fue tentado con al camino del poder. El poder de Dios es debilidad para este mundo. Predicamos a Jesús crucificado dice San Pablo, pobre, desnudo no puede nada… Ese es nuestro tesoro. Y en el crucificado Dios nos lo da TODO. EL domingo pasado lo decía San Pablo. El Padre nos dice como al hijo mayor de la parábola: “hijo mío tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo”. El ayuno cuaresmal tiene como finalidad no sólo que compartamos con los pobres, sino también que nos desapeguemos de lo material para adherirnos a las coas del cielo, donde está nuestro tesoro. Por eso esta semana le pedimos al Padre por intercesión de San José que pode nuestra codicia, nuestro apego a lo material y la idolatría del dinero. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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