En la oración de la primera lectura hay un reconocimiento explícito del pueblo de Dios de estar en deuda con Él “a causa de nuestros pecados”. Hay salmos de la época del destierro en los que se le dice a Dios algo así como “estamos así y no es nuestra culpa”. La reflexión deuteronomista (la que hicieron maestros del Pueblo ante la pregunta ¿Nos ha abandonado Dios?) costó mucho ser digerida porque afirmaba: “estamos así por nuestros pecados”. ¿Cuando nos cuesta más perdonar? Cuando no reconocemos que también nosotros tenemos deudas pendientes con otros y que no se nos exige pagarlas. Si yo experimento el perdón lo concedo. Creo que si somos mínimamente sanos en las relaciones cada vez que se nos perdona nos sentimos empujados a hacer lo mismo. Por eso no hay mejor medicina para perdonar que reconocer en la confesión que nos cuesta hacerlo. Experimentar que se me perdona una deuda impagable para perdonar yo las pequeñas que tienen otros conmigo. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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