Hace casi treinta años un grupo de sacerdotes de Jaén se fueron a Ecuador. Eran profesores del Seminario, muy buenos profesores. La Diócesis se desprendió de ellos unos años para empezar un seminario en la Diócesis de Portoviejo. Recuerdo que algunos no vimos bien aquello porque nuestro seminario podía resentirse. Eso es lo que hicieron en la comunidad de Antioquía, obedeciendo al Espíritu Santo se desprendieron de Saulo y Bernabé y los enviaron a levantar nuevas iglesias. La luz si se esconde no sirve para nada. La luz sirve si se difunde, si se comparte. Si el Obispo nos dijera que necesita un grupo de hermanos para renovar otras parroquias  ¿estaríamos dispuestos a desprendernos de esos hermanos? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.