Ayer no leímos  del libro de Jonás y no sabemos lo que está pasando. Jonás está irritado porque la amenaza que profetizó no se ha cumplido, la ciudad no ha sido destruida porque han reconocido que no van por buen camino. Para un profeta era un fracaso que profetizar algo que no se cumpliese, pero en este caso esa algo condicional “si no os convertís…”. Jonás estaba más preocupado de su prestigio como profeta que de la vida de mas de cien mil personas. Suena muy fuerte pero así era. A él no le dolían esas personas. A dios sí que le dolían, se lo hace ver con el ricino. ¿Quién nos duele a nosotros? Es una pregunta muy importante vamos a ello. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.