Durante más de dos siglos los cristianos no tenían templos. Se reunían clandestinamente en casas. Al alcanzar l Libertad y ser religión oficial del imperio empezaron a ocupar la basílicas que eran los edificios construidos para la administración de justicia. Así el cristianismo, como toda religión, tenía sus espacios sagrados donde los fieles se reúnen para el culto. A lo largo de los siglos hemos ido edificando preciosas iglesias como nuestras catedrales. Hoy celebramos junto a los hermanos de Roma la dedicación de su catedral. Lo hacemos porque es la sede el papa, el obispo de Roma. Una iglesia muy bella aunque lo realmente bello es lo que sucede allí, la congregación de la asamblea que alaba a Dios. Así hablaba de nuestra catedral el último canónigo que se ha incorporado al cabildo de nuestra Catedral: “no es un museo ni una sala de conciertos”. Nosotros hemos pintado nuestro templo, lo hemos remozado como un signo visible de que la comunidad no deja de remozarse de renovarse. Pero lo realmente bello es lo que sucede dentro. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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