Esta mañana trataba de ayudar a una persona a que reconociera que Dios había pasado por su vida y que le había cuidado. Me he acordado de esto al ver cómo Jesús paso por Jerusalén y no fue reconocido como el Mesías, el enviado. Jesús no se ajustaba a lo que ellos esperaban, a sus expectativas. Cada uno de nosotros tenemos unas expectativas en la forma de ser y de actuar de Dios. Y ninguno acertamos, ninguno encontramos en Jesús eso que esperamos. Él rompe todos nuestros esquemas y concepciones de lo que se supone que debe ser el Dios con nosotros. Por eso es tan importante acudir al Evangelio una y otra vez, cada día, para contemplarle a Él y no a la imagen que nos fabricamos de Él, que puede llegar a ser un ídolo, una caricatura y hasta un falso mesías obra del Mal Espíritu. Jesús busco tu rostro, no me conformo con lo que conozco de ti. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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