Este año nos toca leer o Pasión de San Lucas. Es la que más me gusta de las tres, en ella se recogen las palabras de Jesús más importantes en la cruz y aparece con más nitidez su gran Misericordia. Solo quiero pararme en el momento de la Cruz y cómo mirándola no todos descubren lo mismo. Allí estaban los judíos increpándolo, los Romanos burlándose y uno de los criminales crucificados que también lo increpaba. A parte del centurión que al verlo morir dice que “era un hombre justo” el único que descubre de verdad lo que allí sucede es el crucificado que la tradición ha dado el nombre de Dimas. Este
hombre estaba condenado por un delito grave. No era un delincuente cualquiera. Para aquella gente estaba pagando y bien pagado lo que había hecho. Este hombre debería de ser sensible y observador. No estaba centrado en su dolor y en sí mismo.
Fue capaz de mirar a Jesús y descubrir su grandeza. Llegó incluso a confesar su pecado “lo nuestro es justo porque…”. Hemos estado toda la Cuaresma profundizando en el sacramento del perdón. Y hablábamos del bien que nos hace confesar los pecados. Yo creo que el paso que dio Dimas de confesar su pecado fue el click que necesitaba su alma par abrirse a la Gracia de Dios. Reconocerse pecador le ayudó a buscar el perdón y reconocer que necesitaba un Salvador. Y ese Salvador lo tenía junto a él, crucificado también. Todos se burlaban del mesianismo fracasado de Jesús. El veía en Él al Mesías que necesitaba. Su vida acababa y ahora le quedaba el destino final tras la muerte. Y en eso nadie le podía ayudar más que Jesús.

Esas palabras “acuérdate de mi…” son una confesión inmensa de reconocimiento del mesianismo de Jesús. Que fe mas grande confiar en un crucificado. Y recojo de Jesús ese HOY que es el hoy de cada uno, ese momento especial que cada persona tiene y que solo Dios sabe cuándo es.

Jesus save covertir con su presencia los infiernos en paraísos. Cuantas veces he sido testigo de esa transformación. Jesus convierte los desiertos en jardines y los jardines en paraísos con su presencia, cuando nos acoge en nuestro pecado. Cada confesión es ese HOY ese encuentro en el paraíso porque la relación con Dios rota por el pecado se rehace. Vivamos esta Semana Santa así, como Dimas, descubriendo en la cruz l Luz de la Salvacion. Feliz Domingo de Ramos y bendiciones.