Hemos llegado al final de la Cuaresma y cogemos la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios como dice San Pablo. Tenía claro al principio de la Cuaresma que el tentador utiliza la mentira como arma, pero no tenía tan claro que la duda fuese otra de sus armas y mucho menos el miedo que es la que he descubierto este domingo. Dejé la espada para el final por descarte y porque con ella termina San Pablo. Pero no sabía el juego que iba a dar en este domingo de Lázaro. Es impresionante el poder que tiene la Palabra de Jesús « Lázaro sal afuera ». Jesús nos saca del sepulcro con su palabra poderosa cuando las escuchamos.
Y si creemos en su Palabra somos libres del miedo. El tentador utiliza el miedo a la muerte para que no seamos libres para amar. El miedo paraliza la capacidad para amar. En vez de una vida centrada en el propósito de hacer felices a los demás, vivimos una vida centrada en escapar del miedo con el afán de poder, tener y placer. EL estilo de vida consumista y nihilista (sin sentido) es en el fondo una huida del miedo a morir. Jesús nos dice yo soy la Resurrección y la Vida, creer esa palabra de verdad nos defiende de vivir en el temor. No henos sido creados para vivir en el temor sino para vivir libres como hijos de Dios.
Profundizando sobre la libertad me he topado con algo que está muy de moda y que es el Karma. Escuchamos a mucha gente hablar de él con rotundidad. Se trata de que el mal que haces se vuelve contra ti de forma automática. No puedes escapar de él. Su origen es la filosofía oriental, el budismo donde no hay dios y tiene que explicar así el problema del mal. Para nosotros el mal es fruto de la libertad del ser humano, pero las consecuencias del pecado están en las manos de alguien que también es libre, en las manos de Dios. Así que si nos vamos de la casa del Padre, terminamos con los cerdos como consecuencia, pero no es algo irremediable. El Padre sabe utilizar esto para nuestro bien y nos ofrece siempre la posibilidad de volver a casa. Me llama mucho la atención como se pierde de vista la identidad humana cuando quitamos a Dios de en medio. Sin Dios, sin Padre, terminamos siendo víctimas del destino y del Karma y en definitiva del miedo. Empuñemos la espada de la Palabra de Dios y combatamos tanto KARMA esclavizador.
Jesús viene a sacarnos de nuestros sepulcros, Cada uno tenemos los nuestros, nuestros miedos. Dejemos en esta recta final de la Cuaresma que lo haga con su palabra poderosa.
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