Este evangelio tiene una lectura lógica que es que el siervo no es más que su Señor y que en el servicio no podemos tener como principal motivación el buscar recompensa, sacar partido. La paga del servicio es la oportunidad misma de poder amar. El servicio cristiano no tiene precio. Pero tiene otra lectura centrada en Jesús que lavo los pies a sus discípulos. A mi me gusta caer en la cuenta de que en la Eucaristía Él me sienta a la Mesa y me sirve. En una capitulo de This is us, una serie que veo, ayer se reflejaba bien esto de servir por el mero hecho de hacerlo. En casa Misa esto sucede y me gustaría emocionarme tanto como con el capítulo de ayer. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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