En la oración a veces me acuerdo de mi madre y la imagino en el cielo alabando con otras personas que ya andan por allí. Hoy se me ha ocurrido que estaría con mi padre diciéndole “¿has visto que gozada es vivir en la alabanza? En la tierra tú no pudiste entrenarte en esto pero yo sí, ya me vine con un poco de destreza en alabar”. Y cuando me he puesto a meditar las lecturas y ver la primera me he sonreído. En esta vida se nos reparten onzas que son oportunidades para aprovechar este tiempo para cultivar la relación con Dios. Y lo que más fruto y más rentable es para la vida eterna no es hacer cosas buenas para ir al cielo, porque el cielo ya lo ha ganado Cristo par mí. Lo más rentable es aprender a alabar y adorar porque allí vamos a estar para siempre ante el trono alabando y adorando. Anoche en la parroquia tuvimos una sesión de entrenamiento muy potente ¿Te entrenas cada día en la alabanza? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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