Durante toda la Cuaresma hemos estado pidiéndole, dejando a Dios que nos pode, Él es el viñador que poda a los sarmientos que dan fruto para que den más fruto. Hoy en nuestra Eucaristía no hubo procesión de ramos. Pero junto al altar había una estructura de olivo. Al principio de la celebración fuimos arrancando ramitas de olivo mientras cantábamos la canción que nos ha acompañado durante toda la Cuaresma “Ya no soy esclavo del temor, yo soy hijo de Dios”. Yo esperaba que la estructura se quedase al descubierto y que se viera que era una cruz, pero no fue así. Entonces, no me quedó más remedio que seguir arrancando olivo hasta dejar la cruz pelada. Lo que pretendía decir con palabras fue representado de una forma brutal. Cada vez que nosotros pensamos mal de nosotros mismos, de Dios y de los demás y luego le decimos “poda en mí estos malos pensamientos” está sucediendo esto (y arrancaba olivo). Cada vez que no somos sinceros y mentimos y luego le decimos a Dios “poda en mí la falta de autenticidad” sucede esto (y seguía podando). Cada vez que nos dejamos llevar por el afán de tener y las cosas y luego le decimos a Dios “poda en mí la idolatría del dinero” sucede esto (un poco más de olivo caía al suelo). Cada vez que nos ponemos en el lugar de Dios y juzgamos a los demás y luego les decimos al Señor “poda en mí tanta frustración y juicio” sucede esto (la cruz estaba ya casi pelada) y cada vez que no terminamos lo que empezamos y rompemos nuestros compromisos y después le decimos a Dios “poda en mí la infidelidad” sucede esto (la cruz termina pelada sin olivo). 

Lo que yo quería decir es que cada vez que Jesús poda en nosotros el pecado a Él le cuesta ser podado. Porque nuestro pecado cayó sobre él y la poda en nosotros la sufre él. Ese es el Misterio de la Cruz, para que el pecado pueda ser podado en la humanidad,  Jesús tuvo que ser podado, despojado hasta quedarse desnudo en la cruz. En la segunda lectura San Pablo explica que Jesús se abajó hasta la cruz. Esa es su poda el despojamiento total. Y lo hizo por ti y por mí por amor. Bueno así quiero que empecemos esta Semana Santa, mirando a esa cruz pelada, podada por el misterio de la Salvación. Feliz Semana Santa. Para ver las lecturas pincha aquí.