Mañana se termina la lectura de Hebreos que hemos hecho durante estas semanas. En el fragmento de hoy se expresan una serie de recomendaciones concretas sobre la vida cristiana: la cridad, la hospitalidad, la fraternidad, el uso del dinero, la sexualidad y la imitación de la fe de los que han sido capaces de dar su vida por Jesús. Precisamente hoy recordamos a una mujer del sur de Italia que dio el supremo testimonio, Santa Águeda. Concluye el fragmento con esa frase “Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre”. Esta semana hemos releído el evangelio de San Marcos en las charlas que los arciprestazgos de Jaén han preparado. Cuando profundizamos en este Evangelio nos damos cuenta del tesoro que es que aquellos cristianos de Roma que sufrían por Jesús, nos dejaran su testimonio, su respuesta a la pregunta ¿quién es Jesús? Ellos y nosotros, con muchos siglos de diferencia, seguimos y amamos al mismo Jesús Nazareno, Mesías e Hijo de Dios. Y que este escrito del Nuevo Testamento que hemos leído durante estas semanas nos lo han presentado desde la perspectiva de sacerdote eterno, el que ofrece en la gloria, por todos nosotros, un sacrificio de alabanza que no termina. A él la gloria por siempre. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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