La reina Ester rezaba en un momento crítico para los judios que vivian en Babilonia. Se había decretado su exterminio. Un pueblo perseguido como el de Ucrania en estos días. Y ella oraba antes de hablar con el rey para interceder por su pueblo. Esta mujer nos recuerda a la Virgen María que intercede por nosotros. Pero la diferencia está en que Ester tenía miedo, porque si el rey se incomodaba con su petición su vida peligraba. Jesús nos enseña en el evangelio que no hemos de interceder como ella, con miedo, sino con confianza de hijos que saben que su Padre es bueno y da solo cosas buenas. ¿Cómo podríamos hacer para que muchos creyentes que tienen miedo a Dios dejen de tenerlo ? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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