La verdad es que esta semana en el Evangelio Jesús va recibiendo calificativos muy fuertes. El lunes le decían mentiroso, el martes suicida, el miércoles hijo de prostituta, hoy endemoniado y mañana blasfemo. Que pena que aquella generación no fuerza capaz de reconocer en Jesús el cumplimento de las promesas que Dios había hecho a Abrahán. Me pongo en su lugar y si alguien llegara un día a mi despacho y me dejara caer que es Dios, la verdad es que lo tomaría por un chiflado. Precisamente un síntoma de patología psiquiátrica es la megalomanía, eso de creerse alguien por encima de los demás. Estos días asistimos al sufrimiento provocado por alguien que padece esto. No creo que una persona sea capaz de actuar así a no ser que se crea en la posesión de un poder que los demás no tienen. ¿Como responde Jesús a esa oposición? pues no escogió el camino de la demostración de poder sino todo lo contrario, escogió el camino de la debilidad, de la cruz. La Alanza hecha a Abrahán culmina en cruz, ahí toda la tierra vuelve a ser De Dios, es conquistada sin emplear un ápice de violencia. Que maravilla este misterio de amor. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.