Para empezar con el síntoma que hoy quiero desarrollar he proyectado una imagen un poco oscura. No es tan simpática como los niños. Esa imagen habla de un tema que aparece hoy en las lecturas y es el de la soledad. Job dice que se pasa las noches dando vueltas hasta el alba. Es el portavoz de todos los que sufren en soledad. Jesús en el Evangelio se perdía para poder pasar tiempo a solas y en oración. Son las dos caras de la soledad. La cruz es la soledad destructiva e inhumana. La que esta pandemia provoca hasta límites macabros como morir en  sin compañía de nadie. Es el problema que llevó al Reino Unido a crear un ministerio para atajar este problema. La “cara” de la soledad es que para tener una vida ordenada y unas relaciones sanas necesitamos, parar, estar solos y disfrutar de la soledad. Leyendo un libro, dando un paseo por el campo, pintando, cocinando… ahí nos encontramos con nosotros, sin máscaras, con nuestros sentimientos y emociones, discernimos, decidimos… Sobre la introspección y el autoconocimiento hay mucho material publicado y en la red, hay que tener cuidado qué consultamos porque no todo ayuda.

Jesús vive la soledad en la “cara”. Jesús no se dejaba devorar por el activismo. Había tanto que hacer, tantos enfermos que curar… Santa Teresa de Calcuta pasaba tres horas al día en oración. Él necesitaba pasar horas a solas en oración. Por eso el síntoma de esta semana es MÍSTICOS. Esta palabra nos puede sonar rara y hasta repipi, porque eso no es para todos. Y no es así, claro que es para todos. Estamos diseñados para ser místicos, para tener una relación con Dios profunda e intensa. Recordamos lo que dijimos en el retiro de Adviento sobre la oración. Vivimos muchos una oración muy misionera, llena de rostros y de problemas. Como los matrimonios que hablan mucho de lo que tienen entre manos, hijos, dinero… pero no hablan de ellos como pareja, de cómo se sienten. El diálogo conyugal no es fácil, es todo un reto y algo que hay que aprender. También Jesús quiere que en la oración simplemente estemos con él. Dice Santa Teresa, la maestra de oración: “orar es tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”. ¿Hemos gustado esto? ¿Dedicamos parte de nuestro tiempo a estar con él, sin mas intención? Y podemos descansar en él, así lo vivo yo muchos días, sentado en sus rodillas como un niño… ¡Qué suerte tenemos nosotros de poder descansar en Jesús la fatiga pandémica! Damos gracias a Jesús porque siempre está, es como tener a alguien siempre al otro lado del teléfono, esperando que descolguemos… y le pedimos por intercesión de San José que nos ayude a descubrir y gustar de la soledad con él. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.