El pasado domingo en el Evangelio hablaba Jesús sobre su segunda venida, pero en este domingo ya no lo escuchamos. No aparece si quiera. El protagonista es San Juan Bautista que desencadena un movimiento espiritual de espera al Mesías en torno al ritual del bautismo de conversión. Para los discípulos Juan era ese profeta anunciado siglos antes que prepararía un camino al Señor. Es el amigo del novio, ese que le prepara el camino porque habla con la novia y le dice “ves que majo es mi amigo”.
Entre las personas, los grupos, las realidades, a veces el camino no cría hierba, como dice la copla, de tanto transitarlo. Otras veces en cambio, el camino es tortuoso y difícil. En este segundo caso son los prejuicios ideológicos, como esos montes altos y escarpados, verdaderas murallas, o las heridas fruto de la relación en el tiempo que hacen que el camino se hunda o esté plagado de baches y hoyos. Esto también se da entre Dios y nosotros. Muchos se sienten lejos y separados de Él por prejuicios o se han enfriado en su relación por las decepciones de la vida. Esto sucede también en el cmaino sinodal. Podemos dejar de participar porque tenemos prejuicios del tipo “esto no sirve para nada” o “cuando he necesitado ser escuchado en la Iglesia no lo han hecho”.
Isaías anuncia la vuelta de los desterrados con imágenes preciosas. Es el mismo Dios el que prepara un camino cómodo para los que vuelven a Jerusalén. Jesús puso en el centro de su mensaje al Padre que sale corriendo al encuentro del hijo que vuelve y lo cubre de besos. Dios está siempre dispuesto a hacer su parte, cada uno debe hacer la suya de levantarse y ponerse en camino de vuelta a casa. Como dice la cita de Isaías del evangelio, también a nosotros nos toca preparad camino. Superar prejuicios para poder acoger al otro como es, sanar heridas para poder perdonar.
Este fin de semana se está echando una película preciosa sobre la familia, habla de las dificultades en las relaciones, de esos barrancos y montañas que a veces separan, pero que con el perdón y la libertad interior se pueden superar. El mensaje de la película es que TODO TIENE ARREGLO.
El Señor empezó una obra buena en esta barrio con el nacimiento de la parroquia, y Él la lleva adelante hasta el día de Cristo. Nos toca vivir este aniversario que va a ser un tiempo de gracias, especial, para que entre la parroquia y el Barrio se hagan caminos nuevos de encuentro superando prejuicios y sanando heridas. Feliz domingo y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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