Hoy volvemos a rezar el salmo 109, salmo de entronización del rey donde se menciona el sacerdocio de Melquisedec, este personaje que aparece en el capítulo 14 del génesis. Es alguien enigmático que ofrece pan y vino. El autor de Hebreos establece el paralelismo con Jesús en que no se habla de su muerte, por eso su sacerdocio es imperecedero. El sacerdocio de Jesús no sigue las normas judías, sobre todo porque es de la tribu de Judá y los sacerdotes eran de otra tribu. Por eso su sacerdocio no está sujeto al linaje y es para siempre, como el de Melquisedec. En una cultura líquida donde todo pasa y nada permanece hablar de algo que es para siempre choca tanto como chocaba la actitud de Jesús curando en sábado. En cada época histórica hay algo de Jesús que no encaja y que descoloca. Nuestro reto es no descafeinar el evangelio y confesar a Jesús con todo lo que él es aunque sea muy contra cultural. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.