Me gusta mucho esta parte de la carta De Santiago donde se afirma que en Dios no hay fases como en la luna. Por eso no se puede afirmar que él nos tiente. Siempre nos ama aunque no siempre del mismo modo. No nos tienta pero sí que a veces se retira un poco para que nos demos cuenta de lo providente que es con nosotros. En esos momentos en los que se retira caemos en la cuenta de que nos falta y lo buscamos. Es como la agricultura, el clima es caprichoso y unas veces llueve, otras no, hace más calor o más frío. Por eso el ser humano ha visto siempre en la naturaleza algo misterioso que querría controlar. En el s XXI hemos conseguido controlar el genoma humano pero no podemos hacer que llueva. Nos preguntamos ¿si no llueve que aceituna vamos a recoger en diciembre? Estamos como los discípulos preocupados por que tenemos poco pan en la barca. Es una oportunidad para mirar al cielo y pedir la lluvia al Padre que nos cuida. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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