Jesús es el Hijo libre que viene a liberar. Liberó a aquella mujer que andaba encorvada durante 18 años. Los seres humanos nos distinguimos de los demás homínidos en el andar erguidos. Aquella mujer andaba sometida al mal y sin dignidad. Jesús le devolvió la dignidad y la libertad. Andamos apegados a muchas cosas que nos someten. Desde sustancias hasta hábitos y personas. Podemos llegar a perder la dignidad. Y no hemos recibido un espíritu de esclavos sino de hijos dice San Pablo. Volvemos una y otra vez a esta experiencia de la libertad del Espíritu Santo, de ser hijos. Permite a este Espíritu obrar hoy en ti un poco más de libertad. ¿En que se lo vas a permitir? Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.