Hoy nos levantamos con el testimonio de generosidad de aquella viuda que pasó desapercibida a los ojos de todos menos de Jesús y que ha pasado a la historia en los evangelios. No sabemos su nombre pero la conocemos. Tampoco sabemos el nombre de los que forman parte del séquito del Cordero. Él sí sabe sus nombres, de cada uno porque el Cordero ha dado todo lo que tenia para vivir, como la viuda, por ellos, los ha rescatado. Jesús sí que es capaz de darlo todo de primeras, con pro actividad total. Nosotros solemos darlo todo como respuesta al amor. Y no pasa nada, tiene que ser así. Él ama primero y nosotros respondemos. Nuestros nombres están tatuados en la palma de su mano y nosotros llevamos el suyo grabado en la frente. Somos ovejas de su rebaño y vamos detrás de él. No le demos a Jesús la limosna de este día seamos generosos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.