La oración de las religiones paganas en tiempos de Jesús eran como fórmulas mágicas que había que pronunciar sin equivocarse. Dios era visto como un dispensador de favores y la oración era la moneda que había que entregar para que el dispensador entregase el favor deseado. Jesús nos habla de Dios como un Padre con el que tenemos una relación de libertad y de confianza. En ese contexto la oración es un diálogo, el diálogo de un hijo con un padre. Al rezar esta oración que regala a sus discípulos podemos imaginarnos a Jesús diciéndola. A mí me ayuda mucho imaginar a Jesús en oración, hablando con Dios con esa confianza y cercanía. Ora hoy con Jesús al Padre como un hijo amado. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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