Será por el ruido de las desbrozadoras que no es lo mejor para rezar en el campo estos días pero estoy atrancado y no consigo sacarle jugo al evangelio de hoy. Me he fijado en la invitación para todos, en que entran buenos y malos, en la cabezonería del que no se quiere poner el traje de fiesta…. Y me quedo con eso, con la fiesta. La relación con Dios es una fiesta, el reino de Dios es una fiesta, Dios es una fiesta. Y me pregunto ¿por que a veces no quiero fiesta? Hay días que no tenemos el “ánimo” para farolillos como decía Aida en una serie. Y creo que Dios lo entiende y nos comprende. Y el sale a fuera y se sienta con nosotros un rato a escucharnos y a recoger nuestras lágrimas y preocupaciones. Pienso en los que hoy no estarán para fiestas y los pongo en sus manos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.