Sigo con el eco de mi predicación de este fin de semana, no se construye la Iglesia con la carne sino con la Palabra de Dios que es Espíritu y Vida. Son palabras de San Pablo que recuerdo de vez en cuando. Él no predicaba vana palabrería sino en el poder el Espíritu Santo. No hablaba tanto de lo que había que hacer, sino de lo que el Espíritu Santo podía hacer en la vida de las personas. Y ese poder se hacía presente, y los de Tesalónica no abandonaron los ídolos porque un gran orador les proponía grandes valores y estupendas ideas, sino porque habían comprobado que lo que Pablo decía se hacía realidad, no por su fuerza, pues él era una vasija de barro, sino por el poder del Amor, que todo lo transforma y todo lo sana. ¿qué está haciendo el poder el Espíritu Santo en mi vida en este verano? Feliz día y bendiciones.  Para ver las lecturas pincha aquí.