El sacerdote Esdras hace esta oración en el templo recién reconstruido. Reconoce que el destierro y la destrucción del templo fueron consecuencia del pecado del pueblo, de su infidelidad. Concretamente se duele de que durante los años del destierro, los que quedaron en Palestina se casaron con mujeres de los pueblos extranjeros. Para ellos esto de no casarse con mujeres extranjeras era muy importante para mantener en la familia la fe de Israel. Estas mujeres traían a casa sus costumbres y sus ídolos. En la oración Esdras habla de un resto que no se ha contaminado y del nuevo templo, no está todo perdido es posible un nuevo comienzo. También el Reino de Dios comenzó con un pequeño resto, vemos en el Evangelio la primera misión de los doce. La Iglesia vive ahora un momento duro porque también muchos se han casado con el mundo y han perdido su identidad cristiana. Somos pocos los que soñamos con un nuevo comienzo, y en ello estamos. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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