Cuando Jesús pronunció estas palabras sobre el matrimonio lo hacía en un contexto cultural judío donde el valor de la indisolubilidad del matrimonio no era apreciado. Menos aún en el contexto cultural del Imperio Romano. Precisamente San Marcos, que escribe su evangelio para los cristianos de Roma, que no eran de origen judío, añade que tampoco la mujer puede repudiar al marido. En el mundo judío las mujeres no podían repudiar a los esposos. El matrimonio cristiano es una buena noticia que ha socado muchas veces con la cultura. Así ha sucedido en otras ocasiones con otros valores. Los cristianos han sido anti sistema en medio de culturas en las que la mujer no tienen la misma dignidad que el hombre, donde se permite la esclavitud, donde se realizan sacrificios humanos, donde se desecha a los que naces con un defecto físico… Estas formas de actuar en cada cultura estaan basadas en valores contrarios a los del evangelio. Los cristianos han ido poco a poco (también a veces imponiendo y por eso el Papa ha pedido perdón) los valores cristianos y han ido creando cultura cristiana desde los valores del Evangelio.
En nuestra cultura actual proclamar que el matrimonio es para siempre es ser antisistema. Nuestra cultura líquida no valora la perseverancia, la fidelidad a los compromisos. Para un hombre o una mujer de hoy eso significa perderse otras oportunidades y experiencias. Cada caso es cada caso y muchos se separan de forma justificada después de aguantar y luchar lo indecible. Pero también asistimos con espanto al cambio de pareja como el niño cambia de juguete cuando se aburre del que tiene entre manos. Yo soy de los quw todavía fui educado en el valor de lo permanente, de lo duradero. Y vi a mis padres discutir y perdonarse y así aprendí a perdonar. El matrimonio no es ideal, es algo muy frágil y es una lucha constante. Pero estoy convencido de que esa forma de vivir las relaciones de pareja satisfacen pero no colman. Puedo estar satisfechos de vivir experiencias y relaciones diferentes, pero eso no colma mi necesidad de ser amado de verdad y de entregarme completamente (de las dos cosas tenemos necesidad todos).
Empezamos a leer la carta a los Hebreos y hoy nos presenta a Jesús, nuestro hermano que nos guía a la salvación y no lo hace con ideología, sino encarnando lo que predica. Entregándose por nosotros, como los esposos se entregan. Aprendemos lo que es el amor conyugal en la cruz. El matrimonio es camino de santificación si se vive en Cristo, desde Cristo, por Cristo. Es un misterio, es un acontecimiento salvador, es la gracia de Dios el que lo hace posible. Celebramos en cada Eucaristía el banquete de bodas entre Jesús y su Iglesia, con cada uno de nosotros. Y nos vamos más enamorados de él y con fuerza para ser en medio de esta cultura de la muerte y líquida, unos perfectos antisistema. Feliz día y bendiciones. Para ver las lecturas pincha aquí.
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